Más de una vez hemos dicho en tono de más o menos broma esta frase en la operativa. El error es de base al plantearlo como… se juega. Aquí no se juega, esto es un trabajo. Y ese es uno de los principales problemas con los que me enfrento. Esto no es un juego, no es un casino, no es un hobbie.
Cada uno de nosotros tenemos o hemos tenido un trabajo remunerado, con un jefe y un cliente al que dar explicaciones. O aún peor, hemos sido autónomos responsables de generar nuestros ingresos.
Estoy seguro que en ninguna de esas experiencias laborales nos permitirían o permitiríamos tener cagadas como las que hacemos a diario. Por ejemplo,:
-Aprobé el crédito al cliente pero es que estaba seguro de que podía pagarlo, no le pedí sus ingresos, ni su estudio de morosidad, sólo me daba buena impresión.
-Realicé un pedido enorme al proveedor superando el presupuesto asignado al departamento porque estaba seguro de que era una buena oferta.
-Contraté 6 obras a pesar de saber que no tenía tiempo ni recursos para finalizarlas a tiempo.
-Fijé 3 reuniones a sabiendas de que llegaría tarde a una de ellas.
El trading es un trabajo, y deberíamos tomarlo como tal, con la responsabilidad, disciplina y profesionalidad con la que abordamos nuestras actividades laborales «ordinarias».
En cada trabajo, la empresa tiene sus reglas, sus normas, y debemos cumplirlas día a día, nos gusten o no, para llegar a los objetivos marcados o simplemente para que no nos despidan. A cualquier persona ajena a este mundo, si le planteas que es así, cambiará la percepción general de que es una lotería, un casino. Y en cualquier conversación con uno de ellos nos dirá: » pero si tiene normas claras, ¿por qué no ganas?». Llevado al mundo ordinario sería como tener un negocio en la mejor calle comercial de tu ciudad, sin competencia, con clientes que pasan a cualquier hora del día, pero no cumples los horarios, no tienes al día tu stock o no tratas correctamente a los clientes que entran en tu establecimiento. Tu negocio morirá y sólo tú serás el culpable de tu fracaso porque lo tenías todo a favor y no supiste aprovechar la oportunidad, o lo que es peor, sabías que no estabas gestionando bien tu negocio y lo dejaste morir.
Me dedico estas palabras a mi mismo. Seamos serios, profesionales, nos han regalado una franquicia de McDonals, donde sólo hay que subir a diario la persiana, tratar con cariño a los clientes, darles lo que se espera de nosotros, y los ingresos llegarán sólos.
Tú y sólo tú serás culpable de tu éxito o tu fracaso, decide qué destino quieres para tí.
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